Comer de manera automática, es comer frente a los ordenadores, porque hace que no tomemos consciencia de lo que estamos comiendo y no nos hace más productivos por querer hacer dos cosas a la ves.
En nuestra sociedad tenemos la imagen grabada por películas o series, de la ejecutiva comiéndose un sándwich frente al ordenador, mientras responde emails y da órdenes a sus empleados, como el claro ejemplo de una mujer exitosa y empoderada.
Esta escena ha contribuido a que malinterpretamos lo que significa la productividad y la buena gestión del tiempo en el trabajo, dando por válido que para triunfar, hay que vivir estresados.
Mientras que hemos olvidado tomarnos el tiempo justo para comer, como si reserva una hora para comer fuera mal visto, como si no pudiéramos disfrutar de la comida. Cómo si la norma en la sociedad fuera comer en automático, sin consciencia de lo que estamos comiendo y si no alimenta y sin sentir sus sabores, por qué lo que importa es ser productivo, no disfrutar y cuidar la salud.
Vivimos en una carrera cada vez más loca y acelerada, en la que vamos perdiendo, no solo calidad de vida, sino también hábitos fundamentales que garantizan nuestra buena salud física y mental.
Uno de esos buenos hábitos es el de comer con con gusto, reunidos frente a una mesa, en compañía de la familia. Comer de manera automatica, aceleradas y sin prestar atención a lo que nos metemos a la boca tiene sus consecuencias.
Las consecuencias de esta práctica son una serie de desórdenes tanto digestivos como emocionales, como el Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) en adultos, que apunta a que comer más rápido e impulsivamente influye en que comamos más cantidad y en que no sepamos elegir los alimentos adecuados según nuestras necesidades.
El comer de manera automática ha sido estudiado
Según estudios como el realizado en la Unidad de Nutrición y Comportamiento de la Escuela de Psicología Experimental de la Universidad de Bristol (Reino Unido), donde se señala que comer delante de la pantalla del ordenador podría aumentar el apetito y velocidad en la que ingerimos.
Este estudio pone como ejemplo que hay personas a las que les puede generar ansiedad ver noticias en el momento de la comida, y eso puede tener consecuencias en su alimentación. La memoria y la atención juegan un papel clave en la regulación del apetito y de la cantidad de comida que consumimos.
Comida + estrés = desastre
El estrés nunca es buen compañero de la salud digestiva. Puede ocasionar que nuestro sistema digestivo somatice ese malestar en diarreas crónicas, síndrome de intestino irritable, malas digestiones, etc. Comer rápido provoca que no haya una digestión oportuna de los alimentos. Comer en piloto automático está relacionado con que comamos más cantidad de la que necesitamos, generando más hambre emocional y ansiedad.
El problema aumenta cuando sabemos que la relación entre comer frente a una pantalla y el consumo de ultraprocesados es directa.
Al mal hábito de no dedicar tiempo consciente a nuestras comidas, le sumamos una pésima elección de alimentos y el sedentarismo, este tipo de comida libera muchísima dopamina y serotonina, generando un placer ante una situación de estrés y una relación adictiva con estos alimentos por refuerzo.
Es importante señalar que no solo nuestro estómago tiene que comer, también nuestra mente, y para saciarse, necesitamos al menos de 20 minutos para que se sienta satisfecha, de lo contrario, puede aparecer un efecto rebote y dar lugar al hambre emocional.
Aunque todos comemos de forma emocional, para algunas personas esto puede desembocar en un TCA. Comer delante de un ordenador favorece los atracones de comida, presentes en la bulimia y el trastorno por atracón. Por otro lado, puede fomentar la conducta contraria, haciendo que se salten comidas en pro de la productividad laboral y perjudicando la salud nutricional y psicológica.
Comer frente a una pantalla nos hace poco conscientes de la cantidad que estamos ingiriendo, nos impide detectar las señales de saciedad e incluso disfrutar del placer de la comida.
Nuestra recomendación en alimentación consciente es tomarnos una pausa, antes de comer, preguntarnos que estamos haciendo? el acto de comer no es una tarea rutinaria, es un disfrute.
Tomemos consciencia de lo que estamos haciendo, pensemos antes en que deseamos comer, como podemos añadirle colores a nuestro plato con diferentes verduras y proteína. De dónde vienen los alimentos que estamos comiendo, que procesos tienen.