Somos lo que comemos, pensamos y sentimos. Es por eso que debemos cuidar nuestros pensamientos y nuestra alimentación para tener una mejor salud y bienestar.
Cuando tenemos malos pensamientos y mala alimentación nuestro cuerpo se desestabiliza, nuestro cerebro está conectado con nuestro segundo cerebro la microbiotica.
Aumenta nuestro nivel de cortisol, el cual sube en circunstancias de miedo, de amenaza, de tristeza o de frustración. Si estamos intoxicados por cortisol, esta hormona está inundando la sangre en lugar de la serotonina o la dopamina, hormonas que tienen un impacto positivo y de bienestar en el cuerpo y en la mente.
Los efectos del cortisol se sienten en tres niveles:
Físico
caída de pelo, sudoración excesiva de manos y pies, sequedad de la piel, sensación de nudo en la garganta, opresión en el pecho, sensación de ahogo, problemas y cambios intestinales.
El estrés mantenido de forma crónica, la falta de ejercicio sano o la alimentación son algunas de las causas de ese dolor constante. Y brusismo.
Psicológico
Se produce un cambio en los patrones de sueño, irritabilidad, tristeza, incapacidad para el disfrute, apatía y abulia. La memoria es muy sensible a los niveles de cortisol. El hipocampo es la zona del cerebro responsable del aprendizaje y de la memoria.
Conductual
Con altos niveles de cortisol uno tiende al aislamiento, no le apetece ver a sus amigos o familiares.
Por todo lo anterior es que debemos mejor nuestros pensamientos y nuestra alimentación con mejores hábitos para ser mas productivos en nuestro trabajo y disfrutar mas buenos momentos con nuestros seres queridos.
